El Trabajo de Verano del Colegio San Mateo es una iniciativa que combina esfuerzo, aprendizaje y valores en un espacio donde jóvenes estudiantes, exalumnos y vecinos de la comunidad se unen para compartir experiencias enriquecedoras y de profundo impacto social. Este año, la actividad se llevó a cabo en la localidad de Vivanco, cerca de Río Bueno, y fue liderada por un grupo de 54 participantes comprometidos en diversas tareas de ayuda comunitaria.

Testimonios que reflejan compromiso y crecimiento personal

Benjamín Benavidez, estudiante de 16 años del Colegio Santa Marta, relata su experiencia como parte de la Comunidad de Vida Cristiana (CVX): “Acá en Trabajo de Verano lo antecede Semasol en primero y segundo medio. Es como una preparación previa. Junto a una amiga y un amigo, fuimos primero a CVX, luego a un campamento de formación, y eso me hizo quedarme acá. Para poder participar vendimos una rifa, y destaco que todo esto es voluntario. Entre las actividades que realizamos están picar leña y cortar pasto. Durante la semana nos quedamos en el colegio recibiendo preparación y logramos abarcar dos o tres casas. Lo importante de esta actividad es desarrollar la bondad, conocer otras realidades y ayudar a otros”.

Martín Reyes, asesor de la cuadrilla 5 y exalumno del Colegio San Mateo, compartió su perspectiva: “Yo he vivido todas estas experiencias: Semasol, hospedería y Trabajo de Verano. Me tocó en el sector de Trapi. Considero esta una experiencia muy bonita que impacta a los chicos en su desarrollo como personas. Es un reflejo de los valores que busca impartir el colegio”.

Los vecinos también destacaron la importancia de esta iniciativa. Iderman Garnica Pérez, vecino de la comunidad, expresó: “Me parece excelente la ayuda de los chicos porque lo considero una bendición. Estoy totalmente agradecido; todos los chicos son muy prudentes y caballeros”. Omar Catalán, otro beneficiario, agregó: “Hemos recibido gran ayuda, ya que tengo complicaciones de salud, y es muy beneficioso contar con la presencia de estos chicos. Además de la ayuda, también nos acompañan durante la semana”.

Francisco Cáceres Lago, estudiante del Colegio San Mateo, destacó la conexión con la naturaleza: “He sentido una ayuda para conectar con el campo. Me ha tocado compartir con personas maravillosas y recomendaría a todos tomar esta actividad. En nuestra primera casa ayudamos con tareas como entrar leña, cortar pasto, alimentar gallinas y compartir con la dueña de casa. En la segunda casa tuvimos más trabajo y hasta aprendimos cosas nuevas gracias a los consejos de los dueños”.

Cesar Millapán, funcionario del colegio, vivió por primera vez esta experiencia y expresó su entusiasmo: “Los chicos están haciendo un trabajo de carácter voluntario. Nos encontramos en la localidad de Vivanco. Más allá del trabajo físico, es la experiencia de compartir, reflexionar y acompañarnos en una misión. Es lo más maravilloso que me ha tocado vivir”.

Un legado de valores y solidaridad

El Trabajo de Verano del Colegio San Mateo no solo es una oportunidad para brindar ayuda a quienes más lo necesitan, sino también un espacio de aprendizaje, convivencia y crecimiento personal. Esta actividad, construida sobre los pilares del voluntariado y la solidaridad, deja huellas imborrables tanto en los participantes como en la comunidad que los recibe.

Fuente: comunicaciones@sanmateo.cl