«Yo quería estar en las manos de Dios», comentó el padre Nelson Peña, durante la misa dominical en el colegio San Mateo de la Compañía de Jesús, en la que hizo mención a los 10 años que cumple como sacerdote jesuita.

Con anécdotas personales y palabras desde el corazón recordó, cariñosamente, los primeros años de vida, sus estudios y las experiencias vividas hasta su llegada a la institución. «Estoy profundamente agradecido por las experiencias vividas dentro de la institución. He podido desarrollar mi vocación, acompañando a los feligreses en momentos  de alegría y adversidad», dijo.

En el año 2008, se ordenó como sacerdote en el templo San Ignacio. «Me ordené acompañado de varias personas especiales en mi vida, y en este momento, el Señor me llama a consagrar la vida, me sigue llamando porque esto es un regalo. Por ello, agradezco esta fidelidad del Señor porque me sigue llamando a cumplir mi vocación».
Por último, el padre agradeció a los asistentes «porque veo en ustedes, a todos y todas las personas que Dios ha puesto en mi caminar por la vida».